Los camellos por las calles


Para mí, lo que significa navidad son las luces de camellos por las calles. Sí, de verdad.

Una de nuestras amigas de Holy Cross que ha pasado el año en Australia nos ha visitado en León este fin de semana. Ella obervó las luces de los camellos por algunas de las calles de León y a ella, le encantaron.

¿Qué tipo de ciudad pone luces de camellos por las calles? ¿A quién se vino esta idea? ¿Y a nadie le molesta?

Claro que no. ¿Porqué? Porque es navidad, y durante la navidad la gente hace cosas locas y todo el mundo se lleva un poco diferente.

Más ejemplos:

Se compran más de cuarenta postales de navidad cuando no queda mucho dinero porque el dólar americano cae cada día.
Además, se pide a todos que firmen una de estas cartas y se la manda a su favorito departamento de estudías extranjeras.

La familia gasta miles de dólares para venir a España y verse. Todavía más la familia pasa más de siete horas en el avión para hacer este viaje.

Se accede a ir a La República Checa para la nochevieja en vez de algún país que este más cerca o con vuelos más baratos para ver a tus amigas. Incluso se hacen planes para visitar siete ciudades durante catorce días para aprovechar de Europa.

Se dan besos a los chicos de Erasmus, aunque a lo mejor no valen la pena.

Se pasan horas en los centros comerciales, buscando el regalo perfecto. Se conforma con algo cursi y típico.

Se vuelve a Estados Unidos una semana antes de que las clases se acaben, porque se echa de menos a la familia mucho. Luego se aguanta a los primos, los tíos, los abuelos, los padres, los hermanos…

Se pide una ronda de chupitos para sí mismo y sus amigos que se incendia el estómago y se pone enfermo. Encima se los paga.

Se trabaja en la cocina doce horas haciendo galletas para cada persona que se conoce. Mientras se come mucho de la masa.

Se hacen llamadas a amigos de quien no ha hablado y se mandan correos con fotos del pino de navidad de Holy Cross. Se perdona a esas personas que te han hecho daño y se pide perdón asimismo.

No son cosas locas, sino cosas de navidad.
Por fin, espero que los camellos todavía cuelguen por las calles cuando mi familia visite León.
Muchas felicidades y feliz 2008.

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