Donde la edad no existe

Una de las cosas que me sorprendí cuando llegué a España es que toda la gente sale por las noches y por las fiestas. Este es una de las cosas que me gusta más de España, porque a mi me parece que aquí la edad casi no existe, o mejor dicho, que la gente no permite que la edad le pare de hacer cosas. Por ejemplo, la primera vez que fuí a dar una vuelta por Barrio Húmedo (serían a las diez por la noche y, además, un Lunes), no podía creer que había tanta gente en todos los bares. Por las ventanas y las puertas de los bares podía ver que en el mismo bar había gente de cada edad- habían grupos pequeños de jovenes de veinte años en la moda nueva que estaban de pie al lado de un grupo de mayores de sisenta años con el pelo gris y blanco. Y ahora, he visto que cuando llegan las fines de semana, hay mucha más gente y cada bar de cualquier tipo está lleno de gente. Hay gente que van a ir de tapas, que están tomando una cerveza o un vaso de vino, y no importa cuantos años tiene alguien, porque cada grupo de cada edad está hablando, sonriendo y pasándolo bien aun cuando es la una por la noche. 

Lo que me gusta también y que no sólo hay gente por los bares, sino siempre por las calles. En los EE.UU. por general, la gente mayor se queda en casa y no sale mucho, pero aquí es el opuesto. Ellos están afuera mucho, andando por las calles aunque no tienen que ir a ningún sitio en particular. Siempre alguien se puede verlos, a veces con un bastón andando muy lento pero decidido, y otras veces están brazo a brazo con su pareja o empujando un cochecito con su nieto durmiendo adentro. También, cuando hace buen tiempo, los mayores se sientan por los bancos para ver la gente que le pasa, y sólo ocasionalmente se dicen algo a la persona al lado de ellos. En fin, una de las cosas que me gusta más de España es que aquí, la edad no significa nada más que un numero.  





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