En todas las conversaciones sobre viajar y conocer Europa, una palabra siempre provoca recuerdos de la arquitectura preciosa y las calles animadas: Praga. Con una riqueza de historia y oportunidades nuevas para los turistas, vas a aprender la historia triste y disfrutar del presente mágico. Praga está situada en la República Checa en el este de Europa, y después de la Guerra Fría, la ciudad se convirtió en un gran centro de turismo que atrae visitantes de todo el mundo.En el centro de la ciudad, saca fotos de la Plaza de la Ciudad Vieja para que recuerdes que no estabas soñando. Verás la iglesia de San Nicolás, la Torre de la Ciudad Vieja e incluso el reloj astronómico del Siglo XV. En una cafetería cerca de la plaza, toma un vino moravo mientras que aprovechas la belleza histórica. Además, no puedes salir de la ciudad sin ver el Castillo de Praga, un castillo medieval que fue construido por primera vez en el Siglo IX, y ahora sigue siendo el centro histórico y político de la ciudad y el país. Para una vista panorámica de esta hermosa ciudad, puedes andar por el Puente de Carlos, un puente de piedra que siempre está lleno de gente. Es más, en el puente tienes la oportunidad de escuchar un conjunto de jazz o comprar una caricatura de un artista en la acera.
Por la noche, tienes la opción de probar la comida típica, como el estofado al estilo húngaro y el cerdo asado, o pedir platos más conocidos en los restaurantes internacionales. También, la diversa selección de bares y discotecas ofrece diversión para cualquier joven a cualquier hora de la noche hasta el amanecer. Puedes conocer a gente de todo el mundo bailando en las discotecas o escuchar música jazz en un bar más tranquilo. A la luz del sol o por la noche, vas a crear recuerdos que duran toda la vida y, asimismo, tendrás una experiencia tuya para contribuir a la próxima conversación de viajeros.
Comentarios