Antes de llegar a España, nunca había viajado a un país extranjero. Tenía una imagen en la mente de lo que España sería; una imagen cultivada por las fotos de mis libros de español, las noticias y un programa de cocina española que se llamaba “Made in Spain”. Imaginaba un país con muchos edificios y monumentos antiguos, calles de adoquín, cafés al aire libre, tiendas pequeñas y mucha gente andando por la calle. Cuando llegué a Barajas hace dos meses, estaba un poco decepcionada. El aeropuerto, las estaciones de autobús, los trenes y las universidades parecían casi lo mismo como los de mi propio país. Pero al llegar a la calle Ancha en León, todas mis decepciones desaparecieron. Para mí, esta calle es una representación de la cultura española.
Al principio de la calle, cerca de la catedral, se puede ver el Café Europa. Tiene una señal descolorida, y el edificio es de color marrón. Cuando hace buen tiempo, hay mesas y sillas fuera del restaurante, en el adoquín. Muchas personas se sientan allí, disfrutando la vista de la catedral elegante e inmensa y un café, zumo, Coca-Cola, helado o té. Si se continúa andando por la calle, hay más cafés al aire libre. También hay tiendas de ropa, estancos pequeños y una tienda donde se pueden comprar golosinas, caramelos, helados y otras meriendas dulces. Siempre está llena de personas jóvenes y mayores que son golosas. Cada tienda, restaurante y café de la calle Ancha ofrece algo diferente que representa un aspecto distinto de la cultura española; comida típica, regalitos, moda y más. También se puede ver la arquitectura de la catedral y otros edificios que nunca encontraría en Estados Unidos.
Otro elemento de la calle Ancha es el gran número de ancianos. Los ancianos también son representativos de la cultura española. La mayor parte de ellos son bastante activos, andando por la calle con sus maridos o mujeres o amigos. Llevan ropa sencilla: las mujeres con vestidos simples, los hombres con pantalones y camisas oscuros. Son agradables y pasan mucho tiempo hablando y disfrutando el aire libre. Como la gente española, son simpáticos y tranquilos. Son distintos que los ancianos de Estados Unidos, donde muchos se quedan en casa. En España la gente disfruta la vida aunque tenga muchos años.
La calle Ancha es una mirada a la España estereotípica de mis sueños. Es una representación de la vitalidad y tranquilidad del país.
Al principio de la calle, cerca de la catedral, se puede ver el Café Europa. Tiene una señal descolorida, y el edificio es de color marrón. Cuando hace buen tiempo, hay mesas y sillas fuera del restaurante, en el adoquín. Muchas personas se sientan allí, disfrutando la vista de la catedral elegante e inmensa y un café, zumo, Coca-Cola, helado o té. Si se continúa andando por la calle, hay más cafés al aire libre. También hay tiendas de ropa, estancos pequeños y una tienda donde se pueden comprar golosinas, caramelos, helados y otras meriendas dulces. Siempre está llena de personas jóvenes y mayores que son golosas. Cada tienda, restaurante y café de la calle Ancha ofrece algo diferente que representa un aspecto distinto de la cultura española; comida típica, regalitos, moda y más. También se puede ver la arquitectura de la catedral y otros edificios que nunca encontraría en Estados Unidos.
Otro elemento de la calle Ancha es el gran número de ancianos. Los ancianos también son representativos de la cultura española. La mayor parte de ellos son bastante activos, andando por la calle con sus maridos o mujeres o amigos. Llevan ropa sencilla: las mujeres con vestidos simples, los hombres con pantalones y camisas oscuros. Son agradables y pasan mucho tiempo hablando y disfrutando el aire libre. Como la gente española, son simpáticos y tranquilos. Son distintos que los ancianos de Estados Unidos, donde muchos se quedan en casa. En España la gente disfruta la vida aunque tenga muchos años.
La calle Ancha es una mirada a la España estereotípica de mis sueños. Es una representación de la vitalidad y tranquilidad del país.
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