La batalla de la carrera

Una amiga sincera me dijo una vez: ¨ No siempre ellos te comprenderán, pero tú también tienes que esforzarte en comprender a tus padres”. En aquel momento estas palabras de sabiduría no fueron entendidas por mí; Hay una investigación que dice que un humano no puede vivir más de una semana sin agua. Aunque nosotros damos por hecho que sin el agua, no tendríamos vida. Del mismo modo aunque no le presté atención a lo que mi amiga me dijo, esas palabras me han ayudado a sobrevivir en la batalla cultural entre mis padres y yo.

Esta batalla inolvidable comenzó en septiembre de 2009; En ese momento fue cuando les dije a mis padres que quería hacer una carrera de Arte y luego una especialización en Enfermería. Mis padres se quedaron mudos, pero sus ojos hablaron claramente conmigo y me dijeron que estaba perdida.

Mis padres: “Otra vez, por favor. Repite lo que has dicho.”

Wilza: “Quiero hacer una carrera relacionada con el Arte”

Mis padres: “Entonces, ¿no deseas tener nada que ver con la medicina?”

Wilza: “No, no, todo lo contrario. Yo quiero hacer ambas carreras: una carrera de Arte y una especialización en Enfermería porque también me encanta ayudar a los demás, especialmente a los niños pequeños.”

Mis padres: “Es mejor si estudias español”.

Fui atacada por varios frentes en mi familia. Cada vez que mis padres hablaban era como una bofetada en mi cara. Yo me preguntaba: “¿Por qué no me entendieron? ¿Cómo fue que otros padres de familia apoyaron a sus hijos para hacer lo que su corazón deseaba pero mis padres fueron diferentes a ellos y no me apoyaron?”

Mis padres pensaban diferente porque tenían una cultura diferente. Antes, yo pensaba que mis padres eran malos, egoístas y antipáticos. Luego empecé a comprender sus pensamientos. Yo aprendí que en Haití, donde mis padres vivieron la mayor parte de sus vidas, los artistas sólo vendían sus cuadros en la calle. Esta imagen del artista ha cambiado con los años. Aunque he entendido lo que mis padres decían y que querían y quieren lo mejor para mí, sin embargo, busqué más información sobre el tema. Luego, yo supe que la escuela de Enfermería no requiere una carrera en Ciencias o en Español. Es más, ellos buscan estudiantes con diferentes talentos –no sólo en Ciencias o Español-.

La razón de la batalla entre mis padres y yo fue porque vivíamos en países diferentes, por eso, nuestras culturas y pensamientos son muy distintos. En conclusión, la intención de mis padres no era mala. Solo querían ser responsables y coherentes con sus pensamientos y sus vivencias y también querían lo mejor para mí. Por lo tanto, he ganado la batalla porque al final he salido victoriosa en dos luchas a la vez: he entendido a mis padres y he aprendido que puedo llevar a cabo las dos carreras que quería hacer desde el principio.

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