La Iglesia



Yo sabía que había muchas iglesias en España antes de llegar aquí. Y por esta razón, pensé que la gente tendría una fe muy fuerte. Pensé que las iglesias estaban llenas de vida, llenas de personas cantando y llenas de familias. Desafortunadamente, yo estoy equivocado. Hay muchísimas iglesias. Parece como si hubiera una iglesia en cada rincón. Hay tantas iglesias como bancos y todos estos templos son muy asombrosos. Casi todas están hechas de piedras viejas. El exterior de cada iglesia es imponente con un campanario alto con campañas para decir a las personas que la misa va a comenzar.

Además, el interior de todas las iglesias es grandioso. Muchos de los altares están cubiertos de oro y son muy llamativos. Grandes tapices cuben las paredes contando la historia de la iglesia y el mundo. Cada templo tiene un techo abovedado lo que permite buenas acústicas cuando el coro canta. Pero, a pesar de la belleza, yo tengo un problema con la iglesia de España. No puedo encontrar la energía entre las personas. No hay duda de que las personas en España son piadosas. Hay muchas iglesias en cada ciudad y cada misa en cada iglesia está casi llena. Pero, dentro de la iglesia, la gente que componen los fieles no son jóvenes o muchas familias, sino adultos, viejos. No hay nada equívoco con este hecho, pero estos viejos no tienen mucha energía. Las canciones no son muy fuertes, sino débiles y casi inaudibles. La velocidad de la misa es muy rápida como si las personas tuvieran una cita con los churros y el chocolate y ellos tuvieran prisa. Durante la paz, muchas personas en los bancos que me rodean me hacen el vacío.

A pesar de todo, yo sé que hay amor por Dios y por cada persona entre los fieles. Hace dos semanas, yo fui a una celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Yo pensé que en esta celebración habría solo jóvenes. Pero yo estaba equivocado. Había gente joven, gente vieja y gente de todas las edades. Fue una celebración como yo había imaginado antes de mi llegada a España. Toda la gente cantó. Toda la gente dio gracias a Dios. El espíritu de Dios estaba viviendo en la gente. Mientras tanto, las personas no son siempre cordiales, ellos vienen a la iglesia y es obvio que ellos tienen una devoción hacia Dios y, consiguientemente, las personas del mundo.

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