El transporte público


     Antes de empezar este texto descriptivo, tengo que decir que en mi vida he vivido en una ciudad. Pues, León no es una ciudad grande, pero todavía es una ciudad. Una cosa que pertenece a las ciudades es transporte público. El transporte público no es un concepto que debe dar miedo a la población de cual quiera ciudad, pero en León, pienso que las personas deban tener dudas acercar de los autobuses. Sí, es verdad que en teoría los hacen la vida más fácil, por ejemplo la gente no tienen que comprar coches, pagar por la gasolina o encontrar un lugar para aparcar. Sin embargo, me siento como mi vida está en peligro algunas veces cuando estoy en los autobuses de León.

     Yo sé que mi declaración sobre los autobuses suena una poca drástica. Al principio, los autobuses me molestaban porque no estaba acostumbrada a depender en transporte público. Me olvidó que no puedo crear mi propio horario; en cambio tuve que cambiar mi vida para quedarse con el horario de los autobuses. Por ejemplo, para enseñar clases de ingles, hay que empezar las clases al mismo tiempo cuando los autobuses llegan a la casa, no cuando es lógico, como al comienzo de una hora. También, durante mi primer mes en León, nunca sabía cuando los van a venir a la parada. Perdí mucho tiempo a las paradas. Cuando me di cuento lo que es el horario del autobuses, mi vida había debido ponerse más fácil. ¿Verdad? No. No es verdad.

     Mi vida todavía está en peligro cada vez que monto en autobús. Una vez, cuando el autobús llegó a la universidad, lo casi derribó la parada, y el conductor actuó como nada había sucedido. ¡Increíble! Otro día, el conductor no vio que yo estaba parada en la puerta del autobús en la cola para pagar, y él trató cerrar la puerta en mi cuerpo. No estaba alegre este día. Sin embargo, este evento no estaba tan mal cuando lo mismo ocurrió a una madre que llevaba su bebe en los brazos. Ella quería salir de autobús, y el conductor cerró la puerto en el bebe. Otro bebe que vi en peligro estaba en el cochecito en el autobús cuando, de repente, había una vuelta drástica.  El cochecito y el bebe se cayeron, y el conductor no se dio cuenta. Todavía no puedo creer que he visto este evento. Después de una caída, un bebe puede sufrir por todo la vida o morir.

     En fin, si ya no has dado cuento, no me gusta los autobuses de León. Me prefiero caminar cuarenta minutos a la universidad cada mañana en vez de montar en autobús. No soy experta en transporte público, pero tengo un sentimiento que lo de León no es lo más seguro ni eficiente en el mundo. Espero que en la futuro si vivo en una ciudad, el transporte público es mejor que lo de León. Sin embargo, para hoy día, voy a callar y rezar que no hay más accidentes en los autobuses de León.

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