Los domingos sin nada que hacer

Cuando yo llegué a España en agosto me gustaba el ambiente relajado del país y su gente. Fue refrescante ver a la gente tomando un descanso de sus ocupaciones diarias para reunirse con amigos y familiares con un café o vino. Sin embargo, durante mi primer domingo en España me di cuenta de que había muy poco que hacer, porque muchas cosas se cierran cada semana el domingo por un día de descanso. Voy a la iglesia todos los domingos y sigo haciéndolo en España, pero aparte de eso, de una hora del día, me encontraba confundida acerca de cómo ocupar mi tiempo.


Mi estilo de vida es de ritmo muy rápido en los Estados Unidos y no siempre parece cosas que hacer con mi familia y el trabajo para la universidad. Me pareció difícil tener un día con muy poco que hacer porque le echo de menos a mi familia y la vida ocupada de una estudiante estadounidense. Aunque esto fue difícil al principio, y a veces todavía es, lo he disfrutado con los fines de semana para viajar y evitando domingos sin nada que hacer.  Viajar y aprender sobre España como país ha sido un aspecto inestimable de mi experiencia este año.

Comentarios