Segunda Versión de Ensayo 2: La Cultura Española

Una chica Americana y el doble beso
Versión Revisada
14 de enero de 2015
Clase de Composición

Cuando llegué a España, me olvidé completamente que necesitaba aprender cómo conocer y saludar personas nuevas en una cultura tan diferente como la mía. El apretón de manos, que es la costumbre en los Estados Unidos no es típico en España para las mujeres cuando se conoce a una persona por primera vez. Cuando los estudiantes de Holy Cross y yo estábamos en una clase de orientación de España, en Pamplona, aprendimos sobre un tema que me asustó mucho: el doble beso. Para muchas personas, lo normalmente no sería tan difícil. Besa, y nada más. Pero yo, una chica muy ansiosa e incómoda con los besos, no podía acostumbrarme al doble beso al principio.
            Para aprender y practicar el arte del doble beso, empezamos con la manera en saludar a las chicas. En España, cuando se ve a una mujer en la calle que conoces, se saluda a ella con dos besos en cada mejilla. Para los hombres, se extiende la mano para saludar, como en nuestra país; ¡qué envidia tuve de su fácil intercambio! En la clase de cultura, yo trataba hacer el doble beso con unas de mis amigas, pero siempre terminaba en demasiadas risas para hacer efectivamente. Sin embargo, después de la clase de cultura en Pamplona, cuando llegamos a León, era necesario utilizar el doble beso cuando conocíamos a nuevas chicas. Entonces, a pesar de que no pudiera al principio, perseveré.

            Aunque conocer a nuevas mujeres con el doble beso para mí era muy difícil, saludar a hombres desconocidos con el doble beso era un serio choque de cultura. Todavía es muy complicado parecer normal y elegante cuando se extiende la mano para dar un apretón de manos con un hombre en los Estados Unidos; por el contrario, hacer una costumbre en que se esté tan cerca de la cara de un hombre, en una manera perfecta en otro idioma y cultura, es totalmente harina de otro costal. Necesitaba practicar muchas veces con amigos muy buenos, para que no me aparezco tan rara e ignorante. Después de unas semanas, podía hacer sin risas, carcajadas, etc. De todas formas, aunque ahora cuando hago el doble beso para los hombres no sea muy extraño, ya creo que cuando regrese a los Estados Unidos, voy a pensar en mi inicio sufrimiento con esta inmersión en cultura, y sería muy orgullosa de mi habilidad de aceptar la costumbre y dominarla.

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