En esta pintura expresionista y
barroca se puede ver a la Familia Real en un cuarto lleno de cuadros. Todas las
personas llevan ropa elegante y se portan bien. Sin embargo, están mirando para
todos lados; eso crea un aspecto de perplejidad. Con respecto a sus sitios en
el lienzo, todas las personas están situadas de una manera específica para crear
un enfoque.
Aunque hay nueve personas y un
perro en este cuadro, la chica rubia, que está en el primer plano, es el enfoque
de la obra. Al lado izquierdo de ella, hay otra chica que está de rodillas y un
hombre que pinta en una tela inmensa, situada en un caballete, y que mira hacia
el espectador. A la derecha de la chica, hay tres niñas más y un perro. Detrás
de estas niñas, dos personas mayores están hablando entre ellos; uno de ellos
es de afiliación religiosa. Un hombre, que está aún más al fondo en la entrada,
se fija en lo que hacen todos los demás.
Una luz natural, desde fuera,
brilla a través de una ventana, la única del cuarto, en el primer plano. Esta
luz ilumina a las cinco chicas. Y, aparte de ésta, solo hay otra luz al fondo donde
está el hombre en la entrada. Por eso, la mayor parte del cuadro es oscura. Al
fondo, se halla una pintura, al lado del portal, que se puede ver mejor que
cualquiera de los demás; ésta es más visible. Debido a esto, el pintor tiene otro
sitio a donde se atraen los ojos atentos de los espectadores de este cuadro.
Hay varios elementos distintos en esta obra que la hacen única.
Comentarios
Este es el cuadro, ¿no?