Un aspecto de la cultura de España que llama
mi atención es el sistema educativo. La organización de las clases, la
estructura de la universidad, en relación con las asignaturas y las
expectativas de los profesores. En comparación con mi universidad de los
Estados Unidos, Holy Cross, las diferencias me sorprenden mucho.
Para empezar, no recibimos una programa de
estudio (“syllabus”) el primer día de
clase, algo que es casi obligatorio en Holy Cross. Mientras que tenemos una
guía docente que explica las notas, el contenido de la clase y las fechas del
exámenes, la estructura de que estoy acostumbrada es más explicativa con las
expectativas de la clase, las fechas de los trabajos y además el plan de cada
día.
En segundo lugar, la estructura de la
universidad es muy diferente aquí. Los estudiantes eligen un grado, por ejemplo
en historia, y toman todas las clases solo en esta asignatura. Más sorprendente
es que los alumnos están con la misma gente los cuatro años y la mayoría de las
clases son en la misma aula. Es decir que los estudiantes del grado de historia
pasan cada día con las mismas personas en el mismo lugar estudiando solo un
tema. Por lo que respecta a mi universidad, un estudiante de historia, como yo,
no se limita a clases de historia. La universidad tiene requisitos en todos los
departamentos, por eso los alumnos tienen la oportunidad de aprender sobre más información que su especialidad.
En último término, la actitud y expectativas
de los profesores me llaman la atención. En mi experiencia aquí, los profesores
llegan tarde a cada clase, por ejemplo, mi profesor de historia viene a clase
quince minutos tarde, habla sobre el material para quince a veinte minutos y marcha.
Además de este fenómeno muy raro, no hay participación ni interacción entre los
estudiantes y el instructor. Él o ella habla todo el tiempo mientras los
alumnos escuchan y apuntan todo hasta el final de clase. Esta ocurre en los
Estados Unidos también, pero hay un énfasis muy fuerte en la participación en
Holy Cross. Necesitamos hablar, debatir y explorar temas en voz alta con toda
la clase.
En conclusión, hay muchísimas diferencias en el
sistema educativo en España que a mí no me gustan, pero es parte de la
experiencia de vivir en otro país. Tengo que adaptar la manera en que pienso y
estudio para sobrevivir en una experiencia nueva.
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