Honestamente me gusta mucho aprender
y asistir mis clases en Estados Unidos. En mi universidad de Holy Cross,
siempre estoy preparado antes de cada clase y llego a la clase temprano para
hablar con mis profesores. La relación entre los estudiantes y los profesores
en Holy Cross es muy distinta y a los profesores les gusta mucho hablar con y
enseñar a sus estudiantes. Para empezar, existe un concepto opcional allí que
se llama “las horas de oficina” cuando los estudiantes pueden ir a la oficina
de su profesor para obtener ayuda y charlar sobre los temas de clase o sólo de
hablar de sus problemas o algo que se necesita. Seguidamente, dentro del aula
la relación entre el profesor y el estudiante es muy interactiva y, a veces, un
poco informal. No existen muchas clases cuando el profesor, para toda la clase,
está hablando y los estudiantes se quedan en silencio; todo el tiempo tenemos
una conversación. Por un lado, este concepto de conversación constante es buena
porque es más divertido y encantador que sentarse y tomar las notas. Por otro
lado, el profesor tiene el poder hablar de temas desconectados de clase, pero
en general es una manera interesante de aprender.
Cuando llegué a España, yo supone
que mis clases aquí sería similares a mis clases en Holy Cross. Me equivoqué.
Primeramente, y este hecho me da un poco de vergüenza, no sé los apellidos de
mis profesores específicamente porque no hablo con ellos mucho. Cuando mis
compañeros y yo estamos en clase, nos quedamos en silencio durante toda la
clase, tratando de tomar las notas y escuchando de las palabras de nuestros
profesores todo el tiempo sin conversación. A continuación, algo que he
observado es cuando los estudiantes llegan a la clase no le dicen al profesor
“Hola, cómo estás?” o cuando ellos salen no le dicen “Gracias! Ten un buen día”
como hacemos en Estados Unidos. Creo que hay una dinámica de poder distinta
aquí que estoy tratando de romper. Por ejemplo, después de ir a mi primer día
de clases de la economía, fui a la oficina de mi profesor para charlar sobre
nuestra clase. Él me dijo que, normalmente, sus estudiantes no vienen a su
oficina lo que me incitó a decirle que voy a estar visitándole frecuentemente.
En conclusión, estoy seguro de que prefiero la forma de aprender en Holy Cross
más que la forma aquí; el primero me ayuda a prestar atención durante la clase.
Con respecto a Noelia y María José, aprecio que hay diálogo a lo largo de toda
la clase y no estamos en silencio por unas horas.
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